miércoles, 14 de diciembre de 2016

Canción de voluntad

No me pidas que te haga el desayuno. No me pidas que aparezca cuando no estoy. No me pidas que firme lo que yo no he escrito. No me pidas soñar. No te esperaré cual perra obediente, ni te escucharé cuando me ignoras. No me pidas sinceridad.

No me pidas que cierre los ojos cuando te beso. No reclames mentiras piadosas que endulcen tus sueños. No me quedaré cuando no estás. No procures tormentas con arcoiris, no te daré un duro cuando solo tengo pesetas, no me pidas música que no sabes escuchar.

No me pidas colorear del otoño. No esperes protagonismo en esta película de terror. No me pidas que te ahogue en el mar, no lleves espigas a mí tumba, no me pidas que cocine perdices. No renunciaré a mi libertad.

No me pidas que te mire mientras me besas, que me muera contigo, que escriba el final. No me pidas que fuerce mi destino. No traigas bombones al cadáver de mi vida, no anheles mariposas en el cerebro, no existen flechas que visionar. No reclames la tela de mis bragas. No me pidas regresar.

No me pidas que escriba cada día. No ruegues silencio cuando llueve. No me muestres remiendos que hilvanar. No me pidas comprar tabaco, no me susurres bajo las piernas, no me pidas torear. No cultivaré tu idioma. No me pidas que nos matemos juntos, no me pidas arte para bordar.

No me pidas vistas de ventana, no implores terrores diurnos, no te daré ni un poco de cal. No mendigues tierra con excrementos, no supliques asilo bajo mi piel, cigarros de sensualidad. No endulzaré mis palabras, no me pidas batallas que no puedes ganar.